Se presenta en la EDS Galería.
Dos que tres piezas pueden valer algo la pena de ir a meterse a esa Galería. Una de ellas refleja la malsana idea anacrónica -propia de la obra de Clarke: 2001: Odisea del espacio y su HAL- de una computadora que aprende de las conversaciones que personas sostienen con ella. Muestra del criadero gringo que el MIT sembró desde sus omnipotentes años 70´s y que, dicho sea de paso, es mera cuestión de historia de la ciencia; pero que en México sigue retumbando el sórdido eco como una realidad: La inteligencia artificial.
La obra que me gustó es una que compiló en libros estilo enciclopedia el inconsciente colectivo que se encuentra almacenado en Google; es decir, plasmó de forma concreta todo lo que este buscador nos muestra al realizar búsquedas de imágenes con palabras como: fuck you, democracy, Mexico (el orden no es por azar).
Salvo el horripilante error teórico de afirmar que eso es un inconsciente colectivo (que, de principio, ni siquiera existe fuera del delirio luterano de Jung en su etapa de predicador); es una buena idea. Lo malo fue que uno no podía ver esos libros. Yo sí lo hice; pero los que me siguieron fueron reprendidos. Entonces, la exposición de un material así era para que uno se imaginara lo que había dentro y observara, artísitcamente eso sí, unos libros colocados en la pared; como si en mi casa no pudiera hacerlo también.
Lamentable, incluso más que el hecho de que los artistas ni siquiera se toman la molestia de hacer un poquito de epistemología para sustentar sus trabajos; pero a nadie le importa, son artistas, qué si dicen estupideces en sus textos. De todos modos, ninguna persona se detiene realmente a leerlos, sólo lo hacen para mantener la pose.
Dos que tres piezas pueden valer algo la pena de ir a meterse a esa Galería. Una de ellas refleja la malsana idea anacrónica -propia de la obra de Clarke: 2001: Odisea del espacio y su HAL- de una computadora que aprende de las conversaciones que personas sostienen con ella. Muestra del criadero gringo que el MIT sembró desde sus omnipotentes años 70´s y que, dicho sea de paso, es mera cuestión de historia de la ciencia; pero que en México sigue retumbando el sórdido eco como una realidad: La inteligencia artificial.
La obra que me gustó es una que compiló en libros estilo enciclopedia el inconsciente colectivo que se encuentra almacenado en Google; es decir, plasmó de forma concreta todo lo que este buscador nos muestra al realizar búsquedas de imágenes con palabras como: fuck you, democracy, Mexico (el orden no es por azar).
Salvo el horripilante error teórico de afirmar que eso es un inconsciente colectivo (que, de principio, ni siquiera existe fuera del delirio luterano de Jung en su etapa de predicador); es una buena idea. Lo malo fue que uno no podía ver esos libros. Yo sí lo hice; pero los que me siguieron fueron reprendidos. Entonces, la exposición de un material así era para que uno se imaginara lo que había dentro y observara, artísitcamente eso sí, unos libros colocados en la pared; como si en mi casa no pudiera hacerlo también.
Lamentable, incluso más que el hecho de que los artistas ni siquiera se toman la molestia de hacer un poquito de epistemología para sustentar sus trabajos; pero a nadie le importa, son artistas, qué si dicen estupideces en sus textos. De todos modos, ninguna persona se detiene realmente a leerlos, sólo lo hacen para mantener la pose.
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